Tikal era uno de esos lugares que tenían una cruz roja sobre nuestro mapa desde antes de comenzar el viaje.
Claro que el precio escapaba de nuestro presupuesto autoimpuesto a pura fuerza de voluntad, pero esta joya de la cultura maya preclásica era inesquivable (ya comeríamos pan y arroz después).
CÓMO LLEGAR A TIKAL
La forma más típica de llegar al Parque Nacional de Tikal es desde alguna de las 3 ciudades vecinas, ubicadas a unos 67 kms del Parque: Santa Elena, siendo la más comercial, San Benito, separado de ésta última únicamente por la ruta y representando la parte más «barrio» (y por ende más económica) de la zona y finalmente Flores, la isla a la que se puede acceder por tierra o por lancha, siendo ésta la cara más turística de las tres ciudades.
Nosotros nos estábamos quedando sobre la ruta, a medio camino entre Santa Ana y Santa Elena, pero nuestra forma de llegar a Tikal sería casi la misma que desde cualquiera de estas 3 ciudades, usualmente elegidas como base para visitar el Parque, por la mayoría de los viajeros.
Para llegar a Tikal salen mini buses desde Santa Elena, y cobran 35 quetzales por persona (U$S 4.5 – UYU 170).
Los buses comienzan a salir bien temprano en la mañana, desde las 7, pero la frecuencia es bastante buena.
El recorrido incluye la entrada al Parque y te deja justo donde comienzan los senderos para caminar, lo cual es un alivio ya que desde la entrada hasta allí hay unos 17 kms de distancia, de todas formas, nosotros quisimos intentar llegar a dedo.
Salimos bien temprano para asegurarnos llegar con tiempo. Esta vez no fue tan sencillo como suele ser hacer dedo en Guatemala, pero los autos que nos llevaron nos dejaron en Ixlú, un pueblito a unos 38 kms de Tikal, por lo que ya nos aseguramos casi la mitad del recorrido.
Una vez allí, y ya con el reloj amenazando, se hizo todavía un poco más complicado conseguir que alguien nos llevase a dedo porque los pocos autos que pasaban eran de la zona y no iban muy lejos. Siguiendo los consejos de un pueblerino, y consultando previamente el precio del bus, decidimos subirnos a una de estas mini van que llevan a los pasajeros hasta dentro del Parque.
Desde Ixlú el costo de estos mini buses es de 25 quetzales por persona, y el recorrido llevó alrededor de 45 minutos.
COSTOS EXCESIVOS
El Parque abre a las 6 de la mañana y cierra a las 18 hs.
Si podemos dar un consejo al respecto, es el siguiente: no escatimes en tiempo.
Nosotros llegamos al Parque a las 9 de la mañana, y el chofer del mini bus nos propuso pasar a buscarnos para llevarnos de regreso a las 15 hs.
Nos pareció un disparate pensar que pasaríamos 6 horas dando vueltas por Tikal, pensando que en ese tiempo podríamos recorrer el Parque unas 3 veces mínimo.
Estábamos equivocados, pero equivocados como de acá a Saturno.
Nos atreveríamos a decir que 6 horas es el tiempo necesario para recorrer con algo de tranquilidad el parque, una sola vez; la ciudad de Tikal le hace honor al título de «la ciudad Maya más grande descubierta hasta ahora».
Así que sí, 6 horas sería el tiempo ideal. Si la idea es detenerse un rato para almorzar, cosa que nosotros no hicimos, aconsejaríamos sumar unos minutos al tiempo de recorrida.
Ahora, hablemos de costo, que acá tenemos chicha. La diferencia de costos entre nacionales y extranjeros nos pareció, no excesiva, sino el siguiente nivel, lo que le sigue a excesivo.
No estamos diciendo que ver semejante vestigio de una de las culturas indígenas más importantes de Latinoamérica no lo valga, es que simplemente la diferencia es casi burlona, igual que cuando estuvimos en las ruinas de Tiwanaku, Bolivia.
Los nacionales pagan 25 quetzales (U$S 3,25 ― UYU 121), mientras que los extranjeros debemos abonar la inverosímil suma de 150 quetzales (U$S 19,50 ― UYU 748), es decir, 6 veces más el precio nacional.
El costo puede pagarse con tarjeta de crédito o débito. Una vez dejado el riñón en ventanilla (no lloraban ellos no) empezamos a recorrer la gran ciudad Maya.
TIKAL
La civilización Maya se desarrolló en el Altiplano Guatemalteco pero la emigración les permitió extender su cultura, al Este hacia México, y al Oeste hacia Honduras y Belice.
En el camino fueron dejando ciudades, siendo Tikal una de las más importantes por ser la más grande hasta ahora descubierta, entre otras cosas.
Aunque apenas se descubrió un pequeño porcentaje de la ciudad, se calcula que podría ocupar un territorio mayor a 700 km2 y que albergó más de 200.000 habitantes.
Y aunque el Parque Nacional de Tikal representa apenas una pequeña parte, es suficientemente grande como para que uno sienta que el tiempo se le queda corto cuando empieza a mirar el mapa, frente a los senderos posibles para recorrer.
Si eligen recorrer la ciudad sin guía, como nosotros lo hicimos, las opciones son varias ya que los caminos se bifurcan por todos lados, y en cada uno hay cosas para ver, así que esto es un poco subjetivo, pero nuestra recomendación más importante sería la siguiente: no dejes la Gran Plaza para el final del recorrido, de hecho, hacela lo antes posible.
El Parque es muy grande, y se puede subir a varias pirámides, lo que significa que vas a estar muchas horas caminando y subiendo escalones altísimos, así que dejar la parte más emblemática de Tikal para el final podría implicar que el cansancio no te deje disfrutar tanto del lugar.
Intentaremos evocar un poco las zonas que consideramos más importantes de nuestro recorrido por Tikal, y en el orden aproximado en que nosotros lo realizamos.
*Plaza del Este: la primera bifurcación del sendero principal, nos llevó a la Plaza del Este, lugar donde podían apreciarse unas construcciones que rodeaban un extenso campo abierto, el cual era utilizado como cancha para el famoso juego de pelota practicado por los mayas, el Pok ta Pok.
A sus alrededores yacen los restos del mercado, y es posible subir los escalones de piedra e incluso trepar algunos muros derrumbados para recorrer los claustros interiores y jugar a imaginar las negociaciones que podrían pactarse en su interior.
El hecho de que se pueda caminar sobre estas construcciones con tantos años de antigüedad nos genera sentimientos encontrados: por un lado, nos gusta la libertad que esto permite, y la posibilidad de observar el lugar desde la perspectiva de un maya cientos de años atrás.
Pero, por otro lado, cada paso que dábamos sentíamos que deteriorábamos un poquito más cada una de estas piedras.
Es una lucha interna digna de un masoquista: duele, pero no deja de gustarnos.
Desde la Plaza Este ya podemos comenzar a apreciar la parte trasera del Gran Jaguar (¿cómo? ¿le miraban el traste al jaguar?), la pirámide estrella de Tikal.
*Gran Plaza: enseguida llegamos a la zona más emblemática de Tikal, aquella que alberga dos de las pirámides o templos más impactantes de la ciudad, y el basto campo que media entre ellas, antiguamente utilizado para realizar ceremonias políticas y religiosas.
Lo primero que se me vino a la cabeza, mientras me cansaba de subir escalones angostos y altísimos como esperanza de pobre, era que éste tipo de construcción que carecía de toda practicidad sólo podía tener como razón de ser la intención de estar más cerca de los dioses, o quizás de los astros, dado el buen manejo de la astronomía con el que gozaban los mayas (también me permitió imaginar lo bien torneadas que debían tener las piernas, y la excelente condición pulmonar que habrían desarrollado… el gimnasio un poroto).
Luego me enteraría que el tamaño de las pirámides intentaba honrar, no a los dioses, sino a la grandeza de los gobernantes que reinaron sobre Tikal.
En particular, la pirámide del Gran Jaguar (o Templo I) busca honrar a el Rey Garra de Jaguar, también conocido como Ah Cacau, el cual consiguió restaurar la ciudad en uno de las varias debacles que ésta sufrió a manos enemigas.
Se pueden encontrar grabados sobre la pirámide que veneran la imagen de uno de los reyes más importantes que gobernó la ciudad.
Hay versiones que incluyen además que la sombra que proyecta la pirámide tiene forma de un jaguar gigante… no pudimos comprobarlo, pero me gusta creer que pueda ser cierto.
Ah, y no, actualmente no es posible subir al Gran Jaguar.
Pero a no desesperar, que justo en frente nos encontramos con el Templo II, o más conocido como el Templo de las Máscaras, nombre dado por los enormes grabados con forma de máscaras aborígenes a los lados de su entrada principal, y a esta pirámide sí que podemos subir.
¿Qué llegamos de lengua afuera? sí, también, pero vamos a poder disfrutar de una vista completa de la Plaza, coronada con la pirámide del Gran Jaguar en medio.
La foto es prácticamente obligatoria.
Lo que alivia un poco la subida es que se construyeron unas escaleras de madera a los costados de la pirámide, lo que nos permite subir escalones «normales» e ir sosteniéndonos de las barandas, algo sobre todo muy beneficioso para las personas mayores a quienes se les dificultaría demasiado subir los kilométricos escalones mayas (y a las no tan mayores con una condición física decrépita como quien escribe).
*Acrópolis Central: al Sur de la Gran Plaza encontramos una serie de construcciones más bajas, pero vastas, siendo esta la zona que albergaba las residencias de los dirigentes políticos y religiosos, así como algunos edificios administrativos (que, aunque este término suene muy a siglo XXI, no debería resultarnos ya tan rara la necesidad de los mayas por crear un sistema administrativo para gobernar a su pueblo cuando vemos las dimensiones de Tikal).
*Acrópolis Norte: ubicada, como su nombre lo indica, al Norte de la Gran Plaza, esta zona es de las más estudiadas por los arqueólogos e historiadores, ya que presenta 8 templos funerarios, construidos alrededor del 300 A.C.
Se estima que esos templos se utilizaron como tumbas para las dinastías reales, y cada vez que un miembro fallecía, se creaba un nuevo piso sobre las plataformas de piedra ya existentes.
Más adelante, se construirían nuevas pirámides sobre las plataformas creadas anteriormente, hasta alcanzar (ya sobre el siglo VI D.C.) los 8 templos que podemos ver hoy en día.
Algunas muestran incluso retratos (probablemente de las personas allí enterradas) y jeroglíficos.
*Templo de las inscripciones (Templo VI): después de recorrer la parte central, comenzamos lo que se convertiría en el circuito que rodea el parque, empezando por la punta más alejada del mapa, el Templo de las Inscripciones.
Este templo fue de gran importancia para entender un poco más sobre el pueblo de Tikal, y más específicamente sobre la cultura maya, ya que esta pirámide no lleva un nombre tan descriptivo por nada.
Tallados en sus piedras se encuentran los glifos maya más grandes descubiertos hasta ahora, cada uno con unos 80 cm de alto y 1 metro de ancho.
Cómo te quedás si te digo que además de ser enormes, hay alrededor de 200 glifos tallados en la parte trasera de la pirámide.
La totalidad de los jeroglíficos encontrados en esta pirámide representan un extenso texto que explica los principales eventos históricos de Tikal alrededor del año 457 A.C.
*Grupo G: en el camino hacia el Templo de las inscripciones, y a la vuelta (ya que volvimos por el mismo sendero) se encuentra este grupo de construcciones de 2 pisos, con aire de palacios.
Es muy divertido adentrarse en cada una de las múltiples habitaciones y perderse por ahí… uno de los tantos lugares en donde no pude evitar pensar qué lindo hubiera sido visitar Tikal siendo niños y con un grupo de amigos para jugar a la escondida.
*Templo V: conocida por ser la segunda construcción más alta de Tikal, sus 59 metros vienen acompañados de una vida dura para esta pobre pirámide, que fue víctima de bullying por parte de los conquistadores europeos.
A finales de los 80 hubo que reconstruirle la cresta porque entre los animales (humanos incluidos) y la lluvia la pobre casi se viene abajo.
A día de hoy fue ya restaurada en varias oportunidades para que podamos subirla y desde allá apreciar la ciudad entera (o la que pudo ser descubierta hasta ahora).
Si bien se cree que también funcionó como tumba (lo mismo que se cree de básicamente todas las pirámides de Tikal) no hay pruebas de ello, pero su visita es importante porque al ser la única que apunta en dirección al Norte, se especula que su método de construcción es más antiguo que las de las demás pirámides de Tikal.
*Acrópolis Sur: lo más llamativo de esta acrópolis es la plataforma sobre la que fue construida, abarcando la misma unos 20.000 metros cuadrados.
*Plaza de los 7 templos: aunque el nombre de esta zona está dado por los 7 templos que se levantan allí, casi idénticos entre ellos, lo más llamativo es la triple cancha de juego de pelota que se encuentra en la plaza, siendo la única de este tipo descubierta hasta ahora en el mundo.
*Plaza de la Gran Pirámide (o Mundo Perdido): he de confesar que, desde que vi el cartel en el parque que indicaba la dirección al «Mundo Perdido«, me intrigó de sobremanera, suponiendo que era únicamente por la mística que el nombre irradiaba. Finalmente, Wa me dijo «vos sólo querés ir ahí por Jurassic Park«, y fue cuando entendí por qué este nombre me sonaba tan emocionante.
Lo cierto es que al final de cuentas, con o sin dinosaurios, el Mundo Perdido de Tikal tiene un factor que la hace interesante; aunque la torre que se levante en esta zona tenga apenas 30 metros, los mayas la utilizaban para hacer aquello que los destacó entre las demás civilizaciones indígenas de América… el estudio astronómico.
Según muestran los grabados encontrados por arqueólogos, los mayas tenían un conocimiento bastante certero sobre varios hechos astronómicos que hoy se corroboran con tecnología de alta gama.
Lo impresionante, es que ellos pudieran determinar datos con tanta exactitud sin contar con instrumentos avanzados, sino únicamente con su capacidad de razonamiento.
Así fue como determinaron que Venus, el planeta más importante para ellos por representar la guerra, tenía 548 días, una cifra bastante cercana a los 583,92 días que hoy calculan de forma milimétrica.
Además de eso, también construían sus edificaciones basándose en los puntos cardinales y tallando orificios por los que el sol únicamente pasaría a través de ellos el día de los equinoccios… pero esto realmente resulta más impresionante en civilizaciones mucho más anteriores a los mayas, como fueron los Tiwanaku, 3000 años antes.
Más allá de eso, los mayas, al igual que prácticamente todas las antiguas civilizaciones, mezclaban la astronomía con la veneración divina. De esta forma, tenían leyendas como la de Kinich Ahau, representado por el sol y considerado el Dios eterno.
Si alguno esta interesado, Aqui hay un pdf con la traducción de los jeroglificos mayas a letras, y junto con éste traductor, éste o éste otro, se puede llegar a sacar el significado de algunos grabados.
De todas formas, por lo que los mayas son más conocidos, no es ni por su juego de pelota ni por los sanguinarios sacrificios (para eso ya conocemos a los aztecas) sino por su calendario.
Eso solo podía significar una cosa: se termina el mundo, kaput, finito, achicharrados todos. Lo cierto es que, además de aquellos que necesitábamos más pruebas que un calendario terminado para comenzar apenas a creer en el fin de los tiempos, los que estaban no solo tranquilos, sino que además tomándose un jugo de piña en una reposera mientras se carcajeaban, eran los arqueólogos. Ellos sabían que el fin del mundo nunca fue lo que los mayas quisieron predecir, sino todo lo contrario. Los mayas tenían 3 calendarios uno sagrado, uno secular y otro denominado «largo conteo». Éste último se basaba en la astronomía y era separado por límites de tiempo al que ellos llamaban TUN, basados en el año solar (es decir, en aproximadamente 365 días). Además, agrupaban sus años en ciclos de 400 (B´AK´TUNES). 13 B´ak´tunes representaban 1 ciclo (5200 años) conocido como el Gran Ciclo, y el fin del mismo era marcado por el solsticio de invierno.
Por lo tanto, mientras mucha gente guardaba provisiones y se creaba refugios bajo tierra porque se terminaba el mundo, kaput, finito, achicharrados todos, los espíritus de los mayas estarían de gran festejo, allá donde estén, porque finalizaba un ciclo para dar comienzo a uno nuevo, cargado de nuevas esperanzas, algo así como nuestro Año Nuevo.
*Palacio de las Ventanas (o Palacio de los murciélagos): sí, adivinaste, esta construcción está llena de ventanas y murciélagos.
De todas formas, la presencia de murciélagos es normal en varias de las edificaciones de Tikal, así que, si te dan miedo, deberías pensártelo dos veces antes de entrar a cualquiera de las ruinas de la ciudad.
Por lo general, estos simpáticos animalitos están durmiendo colgados boca abajo, pero no se descarta la posibilidad de que alguno salga volando en algún momento (sobre todo si tienen un pájaro que se dedica a interrumpir su sueño, como nos tocó ver a nosotros en una de las tantas construcciones de la ciudad).
El palacio tenía dos pisos, pero el de arriba se vino abajo, así que hoy podemos apreciar únicamente el piso inferior, el cual está lleno de entradas, que se interpretan como ventanas, dándole su nombre.
*Complejo N: en esta zona podemos ver dos pirámides principales, construidas por uno de los gobernantes mayas a modo de celebración del fin de un KATUN, un período de 20 años.
Se cree que acá se celebraron rituales y sacrificios que conmemoraban la construcción de las pirámides de esta zona.
*Templo IV o Templo de la Serpiente Bicéfala: es actualmente el edificio más alto de Tikal de los que han sido excavados hasta ahora.
Con sus 66 metros de alto, y más de 191.139 metros cúbicos de piedra empleada para su construcción, las vistas desde el mirador de la cima son las más elevadas que se pueden conseguir en Tikal.
Nosotros comenzamos a subirlo y cuando estábamos llegando arriba vimos tal cantidad de gente aglomerada allá arriba, que optamos por dar media vuelta y bajar los escalones.
A bicho no nos gana nadie.
De todas formas, ya habíamos tenido una excelente vista desde el mirador de Mundo Perdido y con eso estábamos más que satisfechos.
Aunque en esta construcción hay muchos grabados en honor al gobernante de la época, Yik’in Chan Ka’wil, el nombre por el cual se la conoce a día de hoy está dado por el tallado de una serpiente de dos cabezas, reconocida como deidad, en una de las vigas.
*Complejo P: nuevamente, la pirámide de esta zona se construyó en conmemoración del fin de un KATUN, es decir, un período de 20 años.
Así con todo, el templo en cuestión data de unos 200 años antes del KATUN, por lo que solamente fue la pirámide la que se construyó después.
En las piedras de estas estructuras se pueden ver tallado un jaguar y una rana, representando poder y fertilidad, respectivamente.
*Zona Norte: aunque no se considera como una parte importante de la ciudad, esta pequeña zona fue donde se encontró el único monumento pequeño tallado en piedra que se encontró hasta ahora.
Además, la forma suntuosa de construcción de los edificios que acá se levantan muestran que el entierro que allí se efectuó representaba a alguien de relativa importancia.
*Complejo R: siendo otro de los lugares donde podemos encontrar pirámides simétricas, una estela (grandes piedras con grabados) y un altar, estas edificaciones fueron construidas en el 790 D.C. por orden del gobernante Chitam.
*Complejo Q: ¿a ver quién adivina para qué se cree que fue construido el grupo de edificios de esta zona?
No era difícil ¿verdad?
Nuevamente, conmemorando un KATUN, esta zona muestra 4 edificios ubicadas apuntando cada uno a un punto cardinal, y cada una representa algo distinto.
-El edificio Norte representa el Cielo, por su ubicación más cercana al Sol.
-El edificio Sur representa está asociado al Inframundo mediante 9 puertas que representan sus 9 capas. (también podria ser una analogía a los planetas del sistema solar)
-El edificio del Oriente también se asociaba al Sol y se utilizaba para realizar celebraciones religiosas y rituales.
Ésta es solo una de los tantos comlejos construídos en relación a los astros.
Y finalmente, el edificio que se encuentra al Occidente es el que permanece aún en el misterio, sin saberse con exactitud que buscaba representar o para qué se utilizaba.
*Complejo O: Fue el último que visitamos, y del cual no encontramos información por ningún lado, y ni siquiera sacamos fotos.
Esta zona es tan discriminada por todo el mundo (nosotros incluidos) que recomendamos visitarla solo para hacerla sentir mejor.
EXPERIENCIAS VARIAS VIVIDAS EN TIKAL
*Avistamiento de animales
Hay quienes van a Tikal más para admirar más la fauna del lugar que las ruinas.
Y puedo entenderlos perfectamente.
Mientras caminábamos por la zona Norte del Parque, ya en el ocaso del paseo encaminándonos hacia la salida, pasábamos por uno de esos senderos desiertos donde la carencia de transeúntes potenciaba los sonidos de la naturaleza.
En eso, se empieza a escuchar un ruidito repetitivo y que creí reconocer: toc toc… toc toc…. toc toc….
Sí… sabíamos quién era y no íbamos a parar hasta encontrarlo.
Con el cuello en posición de dislocamiento y los ojos bailando un mambo, buscamos los dos entre las hojas de los árboles hasta que finalmente vimos aparecer un jopo colorado que se movía hacia atrás y adelante rápidamente.
Toc toc… toc toc… toc toc…
Y si después de verlo no evocas en tu mente la risa del pájaro loco, una de dos:
1) No tuviste infancia
2) Tuviste infancia, pero en una época anterior o posterior a los 90´s.
En otras de esas caminatas por los senderos, esta vez sí con otros pasos a nuestros costados, empezamos a ver como un guía de alguno de esos grupos comenzó a señalar para arriba, y acto seguido hojitas comenzaron a caer de las coronas de los árboles.
Los monos araña se bamboleaban sobre nuestras cabezas, y yo entre exclamaciones de felicidad, imploraba internamente porque esos monos no hubiesen comido nada que les pueda provocar diarrea precisamente en ese momento.
Otro de los animales fáciles de encontrar en Tikal son los ya mencionados murciélagos, y no solamente se pueden ver en el Palacio de los Murciélagos (o de las Ventanas).
Nosotros los vimos colgando boca abajo dentro de los recintos de varias ruinas.
Como las visitas a la ciudad son en horario diurno, es muy difícil que se alboroten lo suficiente como para que resulten intimidantes, pero a veces los pájaros disfrutan de molestar el sueño de los pobres animalitos, como nos tocó presenciar en uno de los templos.
Por último, no se puede hablar de la fauna de Tikal sin mencionar al coatí, esos simpáticos animalitos que parecen una fusión de mapache con oso hormiguero que tantas veces vimos en las Cataratas de Iguazú e incluso en otros lugares.
Se los encuentra de todos los tamaños, correteando por los senderos, pero la mejor parte para verlos es en la zona de «comedor» de Tikal, donde además de verlos treparse a las mesas y olfatear la comida de la gente MIENTRAS LAS ESTAN COMIENDO, también se meten en los tachos de basura y se pelean por ver quien roba los mejores restos.
No son animales peligrosos sino todo lo contrario, son increíblemente estrujables y adorables, pero se recomienda no darles nada ni intentar tocarlos para evitar mordidas.
*Uruguayos por el mundo
Ya los habíamos escuchado antes.
Unos minutos atrás habíamos sentido un acento familiar en una pareja de veteranos que pasaban caminando con un guía para ellos solitos.
―¿Argentinos o Uruguayos?
La pregunta resonaba en nuestras cabezas, y las especulaciones eran varias.
―No tienen acento bonaerense… pero pueden ser de otra zona de Argentina.
―A ver shhh, a ver si dicen «chabon» o «loco«.
Pasaron de largo y nos quedamos con la intriga porque somos así de tímidos.
Ahora estábamos sentados sobre un tronco, descansando las patas en una zona donde había algunos banquitos y pequeños grupos de personas se habían sentado a charlar al costado del sendero.
De pronto los volvimos a escuchar.
―Yo tengo de estas en casa ―decía la señora, que siempre llevaba la batuta en la conversación―. ¿Cómo es que se llaman?
―No, yo no me acuerdo ―respondía el esposo.
― ¿Helechos? ―aportaba el guía.
―No no, helechos no, esos son distintos… ¡Suculentas! Así se llaman, suculentas. Son preciosas, yo tengo montón en el patio de casa.
Pucha, ni una pista que nos desvele de qué lado del Rio de la Plata vive esta gente.
Los seguimos con la mirada mientras avanzaban por el sendero, cuando lo escuchamos:
―Sí, a mí me gustan las plantas, PERO TA, a veces requieren mucho cuidado Y TA…
¿Ta? ¿Dijo «ta«?
Nos levantamos como impulsados por el resorte que el patriotismo, que creíamos no tener, nos implantó en el traste.
Pero ahí nos quedamos. ¡Qué vergüenza! ¿Y qué les decimos? ¿Quién les habla? ¿Vas vos o voy yo? ¿O no vamos nada?
Al final, nos acercamos a la pareja y la pregunta salió de mi boca disparada por la rapidez que requiere la timidez para que no dé el tiempo de arrepentirse.
― ¡Hola! Son de Uruguay ¿verdad?
―Sí ―dijo el señor, aprovechando los segundos de desconcierto de su mujer― ¿ustedes también?
―Sí, nosotros también. Los escuchamos hablar y no sabíamos si eran de Uruguay o Argentina hasta que escuchamos el «TA».
― ¿También de Uruguay? ¿Qué parte?
―Montevideo ¿y ustedes?
Las palabras de este señor, casi mudo hasta ese momento, brotaban con tanta alegría que se le descarrilaron todos los canarismos del paisito y empezó a hablar en un «uruguayo» tan paisano que hasta parecía emulado, habiendo escuchado unos segundos antes sus conversaciones con claro acento pero sin tantas palabras de nuestro país.
― ¡Que bueno che! ¿Todo bien? Bo, ¿vieron que barato que ta Guatemala? Nosotro no sabíamos si venir de vacaciones acá y al final vinimo nomá, porque en Uruguay nadie piensa en centroamerica ¿viteh? Y ta, le quisimos dar una oportunidad. Y por la plata que pasas un mes en Punta del Este, acá podés estar un año igual.
Para nosotros era la primera vez que veíamos uruguayos desde Sudamérica, probablemente Perú o Ecuador, y para ellos éramos los primeros uruguayos que veían durante su estadía en Guatemala.
La conversación duró como medio kilómetro, hasta que nos despedimos y nuestros caminos se separaron.
*Rituales de descendientes Maya.
El aroma a incienso comenzó a ganarle al aroma de los árboles.
Sin entender qué estaba pasando, llegamos al corazón del asunto: una fogata rodeada de un círculo de piedras, ardía cerca de unas ruinas, mientras una señora rezaba en un idioma que no podíamos comprender y otra avivaba el fuego con lo que parecía ser un palo hueco más alto que ella misma.
Algunos turistas hablaban en un pseudo español de acento inglés, con un señor vestido de ropas de colores, y probaban brebajes que éste les ofrecía.
No me terminaba de quedar claro quién era el payasito del grupo, si el extranjero del cual los indígenas se reían o los indígenas de los cuales el extranjero se reía.
Después de un rato de presenciar el ritual, y sin querer quitarle protagonismo al señor que tomaba y se reía, nos fuimos con la sensación de haber presenciado algo que no llegábamos a distinguir si tenía más peso como ritual milenario o como marketing para vender bebidas típicas.
*El agua con gusto a canaleta
«Llévense agua a Tikal… van a tener que caminar mucho y allá el agua es carísima».
Eso nos dijeron la noche anterior a visitar la ciudad maya.
El día que partimos a la ruta para hacer dedo, lo único que cargábamos con nosotros era un pañuelo, gorros, algo de plata, los celulares y las ganas.
Cuando llegamos a Ixlú, el señor que salió de su casa para recomendarnos que tomásemos un bus porque allí la gente que iba en auto no llegaba tan lejos como para poder llevarnos, aprovechó también a decirnos «y compren agua en el almacén de acá a media cuadra, porque allá en el parque el agua es muchísimo más cara, y la van a necesitar».
¿Qué hicieron Míster y Miss Codito?
Nada.
Esperaron el bus, convencidos que podían caminar muchos kilómetros sin tomar agua, cual camellos del Sahara.
¿Pudieron?
La verdad sería un sí a medias.
Cuando ya llevábamos unas 5 horas caminando, saltando piedras, trepando ruinas, y subiendo cientos de esos condenados escalones altos como jugador de NBA, decidimos pasar por el comedor del parque para comprar algo de tomar… ¿qué tan caro podía ser?
La respuesta es: MUY. Muy caro, en comparación con cualquier tienda fuera del parque.
Una botella de 600 ml de agua costaba 10 quetzales (U$S 1,5 o UYU 50) y lo mismo una botella de 400 ml de coca cola.
El cansancio nos decantó por el adictivo venenito dulce que, aunque nos refrescó en su momento, nos dio más sed una hora más tarde, como era de esperarse.
La diferencia es que ahora no pensábamos gastar un peso más en bebida.
Buscamos canillas de agua salvajes, pero no encontramos.
Cuando ya estábamos adentro del bus que nos llevaría de vuelta, y quedando unos 20 minutos para salir, le dije a Wa que tenía un plan.
Salí del bus, y me llevé la bolsita de nylon donde nos habían envuelto el imán que habíamos comprado como único recuerdo de Guatemala (y el cual había costado inesperadamente barato para ser merchandising dentro del parque, alrededor de U$S 3).
La bolsita era muy fina, pero no parecía tener agujeritos.
Con eso en mano, enfilé para el baño del parque, el cual estaba rodeado de puestos de venta de artesanías y de snacks.
Los vendedores, que me habrían visto la cara de deshidratación, me gritaban «¡Chica! ¡Tenemos agua fresca a la venta!» y perdieron toda esperanza cuando me vieron salir del baño, con la bolsita que antes llevaba vacía, pero ahora llena de agua.
Sí, el agua tenía gusto a canaleta… pero fue gratis.
Gratis hasta que nos hagamos un chequeo médico.
Hasta ese entonces… gratis.
*La búsqueda de la amiga del japonés.
Además de conocer la ciudad maya por excelencia, teníamos un quest extra. Era uno de esos quest secundarios, pero podían llegar a cambiar el curso de la historia principal.
Ok, voy a dejar de hablar en términos de videojuego y explico mejor.
El japonés con el que nos habíamos quedado en Medellín, nos había contado una historia en la cual él había conocido a una señora en Tikal, que le había ofrecido quedarse en su casa situada en Uaxactún, un pueblo cercano a Tikal donde también hay ruinas mayas (y que de hecho se cree que formaba parte de la misma ciudad).
Él nos contaba que perdió el contacto de la señora y le hubiera gustado mantenerse en comunicación.
Nuestra misión era encontrar a la señora, mencionarle al japonés y dejarle su contacto.
Luego de preguntar a las personas que vendían artesanías, dimos con el hijo de la señora en cuestión, que, aunque no estuvo presente durante la estadía del nipón, ella le había contado sobre él a su hijo.
La situación fue un poco extraña, nadie se esperaba ver a 2 uruguayos preguntando por alguien de allí, que había hospedado a un japonés que ahora vive en Colombia, pero nosotros nos fuimos sintiéndonos realizados, y nuestro amigo Tokiota agradeció el gesto.
EN CONCLUSIÓN… ¿TIKAL VALE LA PENA?
Sí, Tikal vale la pena.
Con esto no decimos que sea un lugar perfecto, sino que, haciendo una evaluación final, podemos decir que vale la pena.
Hubo cosas que no nos gustaron, tales como el precio exageradamente elevado para los extranjeros, los precios también elevados de comida y bebida en su interior, y el hecho de que muchas de las edificaciones están restauradas y de manera que consideramos muy «poco profesional» ya que la diferencia de construcción era demasiado notoria quitándole un poco la magia (distinto color, distinto material, distinta forma de construcción).
Pero por suerte, a Tikal le sobra la magia, así que, aunque el paso del tiempo y la mano humana moderna le quiten un poco, todavía tiene mucha de sobra para derrochar.
Tikal es una de esas maravillas de nuestra cultura latinoamericana que no pueden dejarse pasar si se está por Guatemala.
Bueno eso es verdad que para algunos la muchedumbre puede jugar en contra a la hora de conocer ciertos lugares, más aun los más populares y famosos y quita un poco las ganas y la oportunidad de disfrutar más tranquilamente, pero lamentablemente siempre va a ser así creo yo.
Por eso pienso que no por eso podemos de dejar escapar las oportunidades de esos lugares, únicos e increíbles.
Concentrarse en conocer, disfrutar y tratar de hacer como no existen los demás porque no son los que importan, lo que importa es el lugar en si y lo que haya en el.
O sea, es mi opinión obviamente, porque sino asi estaríamos perdiendo muchas oportunidades de conocer todas las maravillas que nuestro vasto mundo tiene para ofrecernos sin importar el resto porque como dije antes es algo que es así ahora y siempre.
Bueno y ta, se que lo económico es otro punto importante que puede jugar en contra pero pienso que igual si hay alguna mínima posibilidad de resolverlo más adelante entonces si me la jugaría porque posibilidades a futuro de si poder conocer puede que las haya como puede que no.
Si, en este viaje no, pero más adelante no se descarta la posibilidad.
De todas formas, son esas cosas que si no pudiésemos llegar a hacerlas, nosotros no sentiríamos que dejamos algo que queríamos mucho digamos (como sí nos hubiera pasado con otros lugares que sí visitamos).
Pero bueno, suponemos es más un tema de preferencia personal.
Hola muchachos, como estan?
De a poco poniendome al dia con sus post, como una tortuga, lenta pero segura, jeje.
Bueno no conozco estas ruinas porque obviamente nunca estado aun en Guatemala pero supongo que esto hace que sea una cita obligada si se anda por el pais para conocer te guste o no y ademas decir «yo estuve ahi» y presumir un poquitin, aunque pienso en lo personal y sin animos de ofender a nadie por lo menos asi a mi simple vista no me llaman tanto la atencion como las de Mexico que de esas si conoci algo hace algunos años y pienso que las de Mexico al lado de estas por lo menos arquitectonica se ven un poco mas imponentes y no se si tendra que ver que quizas se han preservado un poco mas o que cosa es la que las hace mas impresionantes y como dije lo digo como mi opinion personal y quizas si tengo la oportunidad en algun momento de conocer en persona las de Tikal capaz que cambie de opinion y obviamente no descarto la idea de poder hacerlo algun dia y sacarme mis dudas y compararlas con las de Mexico.
Y si en algun momento despues que la locura del amigo Corona termina lo mas pronto posible si pueden vayan por mi a las de El Tajin que esas son unas de las que mas queria conocer en mi viaje y por falta de presupuesto y tiempo no pude, jeje…
Abrazo chicos!
Ahh y por cierto que tal salio ese chequeo medico?, supongo que bien ya a esta altura que aun siguen contando nuevos relatos, jeje.
Bueno… creo que el último chequeo médico fue antes del viaje así que…
Pero como vos decís, tan mal no estamos porque seguimos escribiendo jaja.
¡Abrazo!
Hola!!!
Si, México tiene muchos vestigios de civilizaciones pasadas que son excelentes también.
Nosotros elegimos no ir a la mas famosa (Chichén Itzá) pero aun asi vimos otras también muy buenas. De todas formas, Tikal nos pareció más imponente, al menos de las que vimos en Centroamérica (porque en cuanto a vestigios arqueológicos de otras civilizaciones, Tiwanaku en Bolivia fue increíble).
Las ruinas de El Tajin están en Veracruz, y aunque por ahora nos quedan un poquito lejos, nunca se sabe. Si algún día vamos, nos sacamos una foto en tu honor jaja.
Pero sí, México tiene muchísimo para ver, para probar, para todo.
Merece muchas visitas, sin dudas.
Abrazo!
Perdón que les pregunte chicos, pero por qué decidieron no ir ahí?. Una pena porque se los digo por experiencia es IMPONENTE y emboba mucho.
Se que es la más famosa si y creo que al verla en persona uno puede confirmar el porque tanta fama, recuerdo que cuando fui y en mi viaje eramos toda una clase y mas de mi generación en la facultad todos hablando y comentando, etc, etc y recuerdo que estaba como muda porque tenía tantos pensamientos en ese momento que nada me salía, simplemente solo podía observar, disfrutar y nada mas.
Ojalá cambien de idea en algún momento y vayan a conocerla porque realmente lo vale sin importar toda la fama del mundo que tenga.
No te preocupes, pregunte tranquila que no molesta.
Bueno, no la hemos descartado para siempre.
Sinceramente, lo que más nos espantó fue la cantidad de gente que había; en el camino vimos carteles que la promocionaban, y siempre estaba repleta de gente alrededor (pero repleta es poco, era como un mar de gente). Hablando con personas que habían ido, todos nos decían lo mismo: muchisima gente. Era éste el mismo motivo principal por el que no fuimos, por ejemplo, a Machu Picchu (entre otras cosas relacionadas, claro).
También existe una razón «antropológica» por la que preferimos visitar Tikal y dejar Chichén Itzá fuera, y es que si bien los mayas eran una civilización de muchos rituales y magos, Tikal era la meca en este aspecto. Y también una de las más misteriosas. Todos estos temas a nosotros nos tiraban más.
Y aunque el costo entre ellas era muy similar, entrar los dos a ambas nos hubiera jugado el presupuesto de unas 2 semanas de viaje… por eso a la hora de elegir, elegimos la que nos tiraba más.
Pero también entra en juego que tenemos un afán por buscar los lugares no tan conocidos (o no los MÁS conocidos) de cada país.
Es un pensamiento que fuimos desarrollando a medida que íbamos viajando, y si bien no descartamos ningún lugar del globo, normalmente salvo excepciones, siempre preferimos ir a algún lugar donde podamos tener una experiencia más personal y tranquila; nos basamos en que hasta ahora las mejores anécdotas nos pasan en los lugares menos conocidos (en su mayoría), donde la gente no está tan acostumbrada a «tener visita» y como en este viaje priorizamos las anécdotas, bueno… eso conlleva arriesgar otras cosas como conocer lugares muy turísticos.
Obviamente tenemos nuestra lista mental de excepciones que tenemos bajo la categoría de «obligatorio» que suelen ser a nivel muy personal quizás jaja (como fue el caso de Tikal, Uyuni, etc).
Igual, vos hiciste incapié en la magia que te causó ver Chichén Itzá, incluso rodeada de gente y ruido, y eso es una buena señal, así que ya te digo… no la descartamos para siempre 🙂 .
Como siempre, gracias por comentar y estar presente en todos lados 🙂 .
precioso. los extraño