Georgetown nos sorprendió de principio a fin.
¿Que ver?
Quizás ayudó un poquitin el hecho de no saber qué esperar de un país tan desconocido al turismo como Guyana, pero lo cierto es que este país es de por si cuando menos curioso, si lo comparamos con los demás de Sudamérica.
Y para explicar esto, voy a recurrir al viejo y querido método de subtitulos.
Idioma
En primer lugar, está el tema del idioma.
Si bien el idioma oficial es el inglés, debido a la influencia británica, lo cierto es que es muy raro escuchar a la gente hablar en la calle y entenderles al 100%, ya que, como les mencioné antes, se suele hablar un inglés mezclado con creol, y también con otras lenguas criollas.
Aún así, cuando la gente nos veía, inmediatamente intentaba hablarnos más despacio y sin mezclar el inglés, ya que sabían que éramos extranjeros.
Música
Uno creería que la música sería similar a la que se escucha en el resto de Sudamérica, es decir, algo más bien tirando a tropical, del palo de la salsa, la cumbia, o en el más aterrador de los casos, el reggaeton. O quizás algo más andino, como lo que se oía en Bolivia, Perú, y partes de Ecuador.
Pero resultó que no; la música que se escucha en todo Guyana es el reggae.
De hecho, se respira un aire muy Jamaiquino en varias formas de expresión, pero el reggae es el más notorio.
Aún así, las pocas veces que no sonaba reggae en las calles era porque sonaban oldies, y en algunos casos, música hindú, lo que nos lleva al siguiente punto.
Descendencia
Nos sorprendió muchísimo encontrarnos con que la mayoría de la población tiene descendencia India.
De hecho, si hubiera que explicar la descendencia de Guyana de más a menos, sería: India, Africana, y un escalón bastante más abajo, casi inexistente, inglesa.
Esta descendencia India se nota no sólo en los rostros de las personas, en los cabellos tapados de muchas mujeres, o en la música que se escucha en algunas partes, sino también en las construcciones.
Mezquitas
Fue en Guyana donde vimos, por primera vez, una mezquita.
Y fue también la primera vez que entramos a una.
Y no solo eso, sino que no es necesario poner demasiada atención para notar la presencia de Shiva en los altares de algunas casas, en lo alto de sus techos, o dando la bienvenida en la entrada.
Población afrodescendiente
También fue la primera vez que estábamos en un país donde tener piel blanca es una rareza.
Ya habíamos vivido una situación similar en Bolivia y Perú, donde se nos notaba mucho lo extranjero, pero en Guyana se nos notaba todavía más, yo creo que debido al casi inexistente turismo de este país.
Los pobladores de Guyana no están, definitivamente, nada acostumbrados a ver turistas, lo que nos hace todavía más extraños.
Muchas veces, los niños se nos quedaban viendo y cuchicheaban entre ellos para volver a mirarnos de soslayo.
Una niña-adolescente que no paraba de mirarnos en un kiosco, cuando Wa se le puso al lado, empezó a tocarle la pierna con toda la mano, como si fuera la primera vez que lo hacía.
Un señor que pasó en bicicleta nos gritó, a modo de saludo, «hey yo! White dudes!» (“Hey! Chicos blancos!”).
Lo cierto es que, si bien éramos una rareza para el pueblo guyanés, y no lo disimulaban, lo cierto es que en ningún momento nos sentimos incómodos con esto y quiero hacer énfasis en esto porque es algo muy valorable; nunca se basaron en esta diferencia para burlarse, o insultarnos, nunca fueron irrespetuosos, al contrario.
Y esto, nos lleva a otro punto.
Amabilidad que da gusto.
La gente de Guyana nos robó un pedacito del corazón.
No hubo persona en este país que no haya sido sumamente amable, simpática, y solidaria con nosotros.
Desde el más mínimo contacto como puede ser pedir una dirección, hasta el punto de pararse a conversar en la calle, las personas de Guyanas son realmente entrañables.
Era normal para nosotros que la gente nos saludara en la calle, ya sea en medio de la capital o en un pueblo, y la sonrisa de estas personas era sumamente cálida.
Lo gracioso es que en Guyana nos pasó exactamente al revés que en otros países de Sudamérica: mientras que en los demás países, la gente que nos identificaba como extranjeros solían saludarnos en inglés, acá en Guyana, cuando nos identificaban como extranjeros, nos saludaban en español.
Esto no se daba siempre, pero fue el único país donde nos sucedió, hasta ahora.
Vestimenta
La vestimenta que se usa en Guyana tiene dos características bien notorias, y que nos gustaron mucho: es colorida, pero a su vez es más formal que en otros países.
En todo el tiempo que estuvimos, no vimos a una sola persona desprolija; los hombres usaban mucho pantalón y camisa, prendida hasta arriba, mientras que las mujeres usan muchos vestidos y trajecitos coloridos.
Ok, yo soy una defensora de la ropa que es un cachivache y eso quizás no se considere prolijo en la mayor parte del mundo, así que quizás no soy la mejor defensora de este aspecto, pero también sé reconocer la belleza que tiene cuando ves un cierto orden en la apariencia de todas las personas.
De hecho, creo que yo era la más desprolija, con mi camisa rota y mis guantes gastados.
Arquitectura
Otra cosa que nos dejó de boca abierta fueron las casas de Guyana.
Sin lugar a dudas, acá vimos las casas más lindas del viaje, hasta ahora.
Y cuando digo eso no me refiero a 3 o 4 casas, sino que me refiero al estilo en general; hasta la casa más venida a menos en Guyana, es una linda casa en Uruguay, por ejemplo.
La gran mayoría tenían 2 pisos (algunas hasta tres), y muchas basaban su construcción sobre pilares debajo de los cuales tienen una especie de patio y algún cuarto que no se usa mucho, cuando la verdadera casa estaba en el segundo piso.
Nos contaron que esto es así porque han habido algunas inundaciones en épocas de lluvias, que causaron estragos en aquellas casas construídas a ras del suelo, y por eso hay muchas que se comenzaron a construír en lo alto, sobre pilares.
Lo cierto es que, sobre pilares o no, las casas de Guyana son hermosas, y tan coloridas como el espíritu de su gente.
Flor nacional: Victoria amazónica
Al principio, nos pareció raro ver tantas flores estilo loto por las calles; en las cunetas, en pequeños canales de agua, en los parques… varios eran los lugares donde veíamos flotando estas simpáticas flores, y comenzamos a creer que se debía a la influencia de algunas religiones de origen asiático en la zona.
Pero no.
Resulta que la Victoria Amazónica es la flor Nacional de Guyana, y no suelen estar solas: siempre hay pequeñas garzas dispuestas a hacerle compañía.
Vendedores y taxis como deberían ser
Este detalle lo tenemos que mencionar, por muy chico que parezca, porque después de haber visitado lugares como Perú, entendemos lo lindo que es cuando un vendedor o taxista no te insiste.
Y ese es el caso de Georgetown.
Sí, hay taxistas que al verte pasar te van a gritar «Taxi?», pero un simple «no thanks» hace que sonrían y no vuelvan a preguntar.
Lo mismo corre para los pocos vendedores que nos ofrecieron cosas en la calle.
Tan fácil que hasta parece utópico.
Basura
Y para ser justos, tengo que mencionar las pocas cosas que no nos gustaron tanto de Guyana, entre ellas, la basura.
No tiene el nivel de suciedad de otros países, como Perú y Bolivia, pero sí que es cierto que se nota cierta suciedad en las calles, y sobre todo, en el malecón, donde no es difícil encontrar muchas botellas acumuladas sobre algunos rincones pronunciados de la orilla.
Inexistencia de veredas
Y la segunda y última cosa negativa que tenemos que decir de Guyana es la carencia de veredas, que hacen que uno tenga que caminar todo el tiempo por la calle.
A su favor hay que decir que los conductores de Guyana son bastante respetuosos y suelen dejar cruzar al peatón, pero no deja de ser molesto tener que estar caminando siempre sobre la calle, la cual además, no siempre es tan regular como para hacer que la experiencia resulte cómoda.
Comida
Y lo raro de esto, es que la comida de Guyana es algo que nos mantuvo en una opinión neutral, ya que no nos pareció algo muy diferente ni exótico como para retenerla en la memoria. Lo que sí podemos decir es que solía ser picante… picante al punto que nos decían «no, apenas tiene picante» y nosotros teníamos que tomar como 5 vasos de agua para poder comer un plato entero.
Mas allá de eso, los plantos se basan mucho en arroz, frijoles, agua o leche de coco, y carne ya sea de cerdo, pollo o de pescado.
¿QUE LUGARES VISITAR EN GEORGETOWN?
Creemos fielmente que Georgetown no es de esas ciudades donde hay que ir visitando lugares, como marcando diferentes checkpoints, sino que más bien es una ciudad que se siente, porque su verdadera riqueza, al menos para nosotros, fue haber descubierto todas esas cosas que para nosotros convirtieron a Guyana en un destino único, lleno de sorpresas y encantos.
De todas formas, vamos a mencionarles algunos lugares que visitamos, en caso que sean de utilidad para alguien:
Catedral de San Jorge (Saint George)
No es difícil de encontrar, ya que esta Catedral es algo así como la chica del vestido rojo, es decir, la vas a ver o ver.
Y sino, igual va a ser fácil de encontrar porque queda sobre una calle llamada «Chuch street» («Calle de la iglesia») bien para que no te olvides.
Es una de las iglesias de madera más altas del mundo, y definitivamente vale la pena verla por fuera y por dentro.
Independientemente de tu creencia religiosa, esta iglesia es una obra de arte.
A nosotros nos encantó visitarla en la tarde, cuando los rayos del sol daban de lleno en los vitrales y la llenaban de una luz violácea casi mágica.
Jardin Botánico
La entrada al jardín botánico es gratuita, y vale mucho la pena visitarlo. Tiene muchos banquitos, y caminos prolijos, y pequeños laguitos en donde podés encontrarte a una especie de tiburón, si mirás con atención (nosotros lo vimos pasar, asi que sólo le vimos el lomo enorme que asomaba).
También está aquí el mausoleo de Lindes Forbes Sampson Burham, ex presidente de Guyana y fundador del partido de la oposición PPP, muy querido por su pueblo ya que logró que el país potenciara su comercio exterior y alentó a la gente a producir más, entre otras cosas.
Justo al lado de este Jardín, literalmente pegado, está el zoológico.
Zoo de Guyana
La entrada cuesta 200 dólares Guyanenses (U$S 1) y desde la perspectiva del conocimiento, éste zoológico resulta muy rico, ya que cada jaula tiene un cartel con una larga explicación para cada animal, región donde podemos encontrarlo, comportamiento, y demás aspectos generales.
Sé que suena a una obviedad, pero realmente han sido pocos los zoológicos donde vimos esta información de forma tan completa.
Lo que lamentamos un poco es la falta de compañía de algunos animalitos enjaulados. Ya bastante malo es estar enjaulado para además, estar solito.
Jardines de Paseo (Promenade)
Otra especie de jardín botánico.
Por lo que vimos, era el lugar preferido de los enamorados, que elegían este parque para quedarse muy pegaditos semi escondidos en los banquitos de madera entre los arbustos.
Acá nos encontramos con un árbol de apariencia tan legendaria que si esto fuera un juego, seguro que nos hablaba (¿Deku?) o cuando menos, algo mágico pasaría en ese lugar (¿Goshinboku?).
Museo Nacional de Guyana
Este museo es gratuito y muy recomendable ya que muestra varios aspectos de la sociedad de Guyana, desde su flora y fauna, pasando por sus conquistadores, sus costumbres, autos, barcos, etc.
En resumen, un buen lugar para aprender sobre la historia y cultura de este país.
Mención especial para la habitación del perezoso gigante, también conocido con el nombre Megatherium (no, ya sé que suena a eso pero no, no es un pokemón, aunque mantiene similitudes con Snorlax) donde se encuentra la representación a tamaño real de un animal, que supuestamente existió hace cientos de años, y que se cree podía superar incluso los 6 metros de altura.
Museo Walter Roth
En este museo se puede aprender más sobre las tribus originarias de la zona, y entre las cosas que podés ver, hay una canoa real, tallada a mano, arcos y cerbatanas originales, etc.
No se puede tomar fotos, y la entrada es gratuita.
Mercado Stabroek
Como ya es un clásico en cualquier país latinoamericano, darse una vueltita por el mercado siempre es una buena visita.
Vas a ver los alimentos que más se comen, los mejores precios, y a la gente local en su vida diaria.
Además, si no te llaman mucho la atención los mercados, te podes quedar admirando el reloj que se lleva todos los aplausos de quien sea que pase a su lado.
*Dato curioso: Stabroek fue el nombre que tenía Georgetown pero entre 1784 y 1812, cuando la ciudad fue ocupada por un corto período de tiempo, por los franceses de una colonia holandesa (Demerara).
Malecón (o rambla, o costanera, u Orla… como te guste)
Es cierto que no es la rambla más hermosa del mundo, pero ya que estás en Georgetown podés darte una vueltita, y caminarla hasta llegar al centro.
Es un poco extraña, porque para poder ver el agua, tenés que subir unos escaloncitos que te llevan a un camino que esta como a los 2 metros y recién desde allí podés ver el Océano, lo que significa que si vas caminando por la “vereda” o en auto, no lo ves.
Cuando llegues al final, vas a ver una chimenea, que si bien parece que está puesta así nomás, fue muy importante en la historia de Georgetown ya que fue erguida en la época donde las minas de oro alimentaban a muchas familias de la ciudad. Por este motivo, la chimenea de Cumberland, fue dejada allí, honorificando a todos aquellos mineros de la época.
ALGUNAS CURIOSIDADES Y DATOS RANDOM DE GUYANA
–¿Por qué Georgetown?
Esta pregunta me azotaba desde antes de llegar a la capital, pero lamentablemente, es algo que aún está en la nebulosa del desconocimiento. No obstante, se especula que el nombre Georgetown pudo haber estado dado porque la capital fue fundada con ese nombre durante el reinado de Jorge II de Gran Bretaña, y en su honor usaron su nombre para esta ciudad.
–¿Sabías que el deporte oficial de Guyana es el críquet?
Obviamente, esto se debe a su influencia británica.
–¿Georgetown está llena de banderas de Alemania?
Eso creíamos al principio, y no nos parecía una idea tan loca, ya que habíamos visto cuadros de alemanes que habían llegado hacía muchos años atrás a Guyana, en uno de los museos que visitamos. Pero preguntando obtuvimos la respuesta verdadera: no, esas banderas no tienen nada que ver con Alemania, sino que pertenecen al partido de la oposición, también conocido como PPP. Las líneas son verticales, pero no faltan los distraídos que las hacen horizontales, y acá se presenta la confusión.
–Carritos tirados por caballos:
Es común ver carritos en las calles de la ciudad, tirados por caballos. Estos se usan mucho para transportar menesteres de construcción, como pueden ser bloques, ladrillos, etc, lo que explica la extraña forma alargada y sin paredes de sus carritos.
Dicho sea de paso, es común ver caballos caminando por las calles, cual si fueran perros… y a veces algún burrito también.
–¿Gorritos de duendes o cráneos alargados?
Ni uno ni otro. Si bien es común ver gente con unos gorritos alargados , la explicación es que estas personas tienen rastas, y este tipo de gorros les sirven para levantarse el cabello y guardálos allí dentro, a modo de estar más frescos. No tenemos la mejor foto porque la saqué de un video, pero se distingue un poco el gorrito.
Como conclusión, Georgetown es una ciudad que vale la pena visitar, no tanto porque tenga “atractivos turísticos” especiales ni nada de eso, sino más bien para vivir el país, vivir todo lo que Guyana implica; conocer un poco la vida de las personas de este país, conocerlos a ellos, sus costumbres y demás. A ver, todo lo que vale la pena ver en cualquier país, pero la gracia de Georgetown, o de Guyana diría yo, es que termina siendo un país tan diferente a lo que uno viene viendo en America del Sur, y a su vez tan humanamente cálido, que terminó siendo, para nosotros, una sorpresa agradable.
Claro que podés quedarte en cualquier otra ciudad del país, pero la mayor parte de la población se concentra en la costa, siendo Georgetown y Linden las ciudades con mayor densidad poblacional.
¿Consejo? No importa que sea chiquito, ni que casi nadie visite Guyana… nosotros siempre recomendamos ir, y vivir todo con los propios sentidos. A lo mejor te pasa como a nosotros, y te llevas una linda sorpresa.
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